¡Por fin! Ya tenía ganas de salir tan contento de una sala de cine. Hacía tiempo que no miraba el reloj, extrañado de que se hubiese terminado tan rápido una película, y eso, hoy en día es de agradecer. Llevo unos días viendo muy buenas películas, pero sin duda la de los Coen se lleva la palma. Y ojalá no sea la palma lo único que se lleve. Habrá que esperar a ver que ocurre con Black Swan en la que tanto mi amigo Arkaitz como yo tenemos tantísimas expectativas. Pero de no ser esa, espero que sean los hermanos de Mineápolis, Minnesota (esta va por ti hermano) los que vuelvan a subir a por la estatuilla dorada.
¿Cómo definir Valor de Ley? Es sencillo. Magnífica. Un western de cabo a rabo, rodado en una calidad excelente, con unos actores inmejorables y con un guión clásico pero innovador que narra la historia con una sencillez y perfección que le hacen a uno preguntarse cómo estos hermanos pueden ser tan jodidamente buenos. No sé, casi es indescriptible. Debéis ir al cine para comprobar lo que digo.
La historia es sencilla, se basa en líneas generales en un ajuste de cuentas. Es precisamente la ley lo único que se queda fuera de la película para dar paso al mítico "ojo por ojo". Mattie Ross (Hailee Steinfeld), la hija de un padre asesinado por un forajido llamado Tom Chaney (Josh Brolin), acude a un veterano, desagradable, temerario, desastroso pero despiadado alguacil llamado Rooster Cogburn (Jeff Bridges) para dar caza al asesino de su padre y matarlo. A la aventura se unirá un ranger de Texas que lleva un tiempo detrás de Chaney. Su nombre es LaBoeuf (Matt Damon), y formará junto a Cogburn esa pareja "graciosa" que siempre es necesaria en una película como esta.
Tal vez el éxito de esta película se deba a esos guiones tan originales que estos hermanos están acostumbrados a escribir. Que mal acostumbrados nos tienen... Así da gusto ir al cine. Han sabido perfeccionar una película que ya estaba hecha desde 1969 y que le valió un Oscar en calidad de mejor actor nada más y nada menos que al mismísimo John Wayne. La diferencia es, básicamente, que en esta película no aparece ningún personaje bueno, bondadoso o perfecto como en los antiguos westerns. No, aquí solo está Jeff Bridges y su alargadísima sombra. Menudo papelón se marca el bueno de Jeff. No tiene el mismo tirón Josh Brolin, que tiene una aparición un tanto escasa. Y Matt Damon pues... no sé, como siempre.
En definitiva, una gran película que esconde esos matices de violencia que a los Coen tanto les gusta, pero infiltrada dentro de una película de lo más clásica que tiene todos los ingredientes para ser un western de los que ya no se ven. Podemos observar lo cuidados que están cada uno de los planos, desde los míticos americanos hasta los grandes panorámicos. Los travelling, los decorados, un sonido espectacular y una banda sonora extraordinaria.
Simplemente los Coen.
Xabi.
En definitiva, una gran película que esconde esos matices de violencia que a los Coen tanto les gusta, pero infiltrada dentro de una película de lo más clásica que tiene todos los ingredientes para ser un western de los que ya no se ven. Podemos observar lo cuidados que están cada uno de los planos, desde los míticos americanos hasta los grandes panorámicos. Los travelling, los decorados, un sonido espectacular y una banda sonora extraordinaria.
Simplemente los Coen.
Xabi.
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