Con 'The Host' llega la adaptación de la última novela de Stephanie Meyer, autora de la archiconocida saga 'Crepúsculo'. Si bien todo el mundo (o, al menos, aquellos que no estamos en la pubertad) asociamos las películas del vampiro y la muchacha pálida a un bocadillo de leche condensada... cuidado, porque esta nueva cinta lleva el mismo camino de amor barato dividido en un triángulo de hormonas. Me refiero con esto a que la autora americana busca cualquier rincón para dar rienda suelta a su imaginación sexual aunque sin pasar de un beso o una mirada lasciva. Un quiero y no puedo. Un filme digno de olvidar.
Se nos presenta la historia de un planeta Tierra donde la especie humana ha sido invadida por extraterrestres. Unos seres ó entes mejor educados que nosotros, que invaden los cuerpos de las personas para instalarse como huéspedes. Casi toda la humanidad ha sucumbido a esta invasión.
Cuando Melanie (Saorise Ronan), uno de los pocos humanos 'salvajes' que quedan, se ve capturada, está convencida de que ha llegado su fin. Wanderer, el 'alma' invasora asignada al cuerpo de Melanie ya está avisada de las dificultades que implica vivir dentro de un ser humano: las emociones irrefrenables, el torrente de sensaciones, los recuerdos vividos...
Pero hay algo con lo que Wanderer no cuenta: la antigua inquilina de su cuerpo se niega a cederle el control de su mente.
Cuando unas fuerzas externas obligan a Wanderer y Melanie a aliarse, ambas emprenden una incierta y
peligrosa búsqueda del hombre al que aman.
Xabi.
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