lunes, 8 de noviembre de 2010

LA RED SOCIAL

A menudo la vida parece un proceso cíclico, como un círculo perfectamente trazado que se cierra en el punto exacto donde comenzó todo.
Hay historias que ocurren por una razón y que concluyen debido a su consecuencia más lógica.
Pero la mayoría de las veces casi todo es incomprensión, soledad, palabras y sentimientos no reflejados, azar, o simplemente personas con distintos objetivos vitales.

Una de estas historias es la Mark Zuckerberg (Jesse Eisenberg), un joven estudiante de la Universidad de Harvard. Todo un cerebro de la programación informática, con ideas revolucionarias que sin duda terminarían por cambiar el concepto de comunicación interpersonal así como las costumbres de millones de seres humanos en todo el mundo.
La idea, la creación de la red social facebook.

El genial David Fincher nos brinda una primera escena sensacional donde con planos rápidos y diálogos ágiles, inteligentes y cargados de emociones es capaz de presentarnos a Mark, y capturar al espectador para iniciarle así en el verdadero trasfondo de la historia.
Sin saberlo, la personalidad de Mark había comenzado a alejarle de aquellos a los que más quería y, aunque parezca contraproducente , había comenzado a acercarse a sus sueños megalómanos.
Y es que Mark era una de esas personas que habían nacido para hacer algo superlativo con su vida, y, modestia aparte, él era consciente de todo aquello.
Y quizá fue precisamente su egocentrismo exacerbado el que le había conducido hasta su situación actual.
Despechado por su novia a la que consideraba inferior, pero de la que pese a todo necesitaba de su aceptación, y sentado delante de la pantalla de su ordenador emprendiendo el nacimiento del que a la postre sería su obra maestra.
O tal vez simplemente puede que todo fue cosa del azar.
En resumen, "La red social" es una película que se sustenta principalmente en dos pilares:
Primeramente en un guión impecable, escrito por Aaron Sorkin (Al oeste de la casa blanca) adaptación de la novela "The Accidental Billionaires" de Ben Mezrich, que narra la historia de los jóvenes creadores de la popular red social facebook.
Y segundo, y para mi el sustento esencial, en el talento de su obsesivo director, David Fincher.
El bueno de Fincher es sin duda uno de los grandes de nuestro tiempo. Uno de esos pocos artistas capaz de imprimirle un ritmo vertiginoso a una historia aparentemente insulsa, de reflejar brillantemente en pantalla la estética y la complejidad del universo facebook a través de las relaciones humanas.
Incluso es capaz de permitirse el lujo de acompañar a la película con una excepcional banda sonora con tintes electrónicos, y de incorporar una breve escena (metida con calzador todo hay que decirlo) que nos transporta a su inicial estilo sombrío y esquizofrénico más propio de alguna escena sacada de "El club de la lucha"


En definitiva estamos ante una trama que sin llegar a ofrecernos nada novedoso consigue deleitarnos con un film ambicioso y original a partes iguales. Mención especial a unos más que sobrios actores que logran interpretar a la perfección a unos personajes cargados de complejidad e inteligencia, consiguiendo plasmar en pantalla una esencia irónica pero a la vez llena de vida. "La red social" al igual que su personaje central es una película despojada de su componente emocional, es decir, las emociones de la misma están acatadas por la componente racional. Y es que resulta que en el mundo de los grandes negocios no hay cabida para los dramas lacrimógenos, no hay concesiones a la moralidad, ni amistades. Todo absolutamente todo en este mundo es una fachada fría, un caparazón gélido con el que ocultar ante los ojos del mundo la verdadera personalidad de uno mismo. Y ese es el dardo envenenado en forma de evidente crítica social que realmente subyace en la historia. Dardo que ataca directamente a una sociedad humana a la deriva, infectada por la desconfianza hacia sus semejantes, plagada de deseos la mayoría de las veces inexistentes y superficiales. Una sociedad donde la amoralidad se nos presenta como forma de existencia. Existenica necesariamente orientada hacia el éxito, muy por encima de la realización personal, ante la necesidad de ser reconocidos a nivel global. La aceptación popular es la nueva escala de valores. El dinero, la vanidad y la fama son los motores que mueven nuestro mundo, y nuestros actos giran alrededor de esas ideas. Hoy en día, el bien y el mal se pueden llegar a discernir gracias al número de "amigos" que puedas tener en el facebook. Todo es apariencia y superficialidad parece intentar expresarnos la historia.

Tal y como he empezado escribiendo al principio de esta crítica, ocurre que la vida son etapas circulares que se cierran en el punto en el que comenzaron. Y es así como lo hace la historia de esta película, Mark en su camino a la gloria deja atrás lo más importante de esta vida, rodearte siempre de tus seres queridos, y por ende renuncia inconscientemente a su felicidad. Sin duda estamos ante una de las mejores películas del año, y con un cierre de círculo perturbante y a la vez espléndido, acompañado de un toque minimalista que ya se echaba en falta en los tiempos que corren.

Arkaitz.



























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